sábado, 24 de octubre de 2009

Seis mitos sobre las redes sociales y como lidiar con ellas.

La "comunicación" y todas su vertientes, se ha convertido en uno de los temas predominantes hoy en día. Es común ver escrito en los diagnósticos a empresas: "Problemas en la comunicación". No obstante, si bien la comunicación presenta muchas debilidades dentro de distintas organizaciones, ésta no es un impedimento para construir redes sociales, y, ni el envío masivo y repetitivo de correo ni las reuniones constantes son soluciones acertadas. Por eso Rob Cross et. al., proponen en este texto identificar quién sabe qué, y quién obtiene información de quién dentro de la empresa, valiéndose de perfiles, entrevistas e información suministrada por RR.HH. Haciendo un cuidadoso análisis en esta búsqueda, el proceso de adquisición de habilidades y expertise únicas en la organización se realizará con mayor agilidad y eficacia.

El segundo mito del cual hablan los autores, me parece bastante jocoso, pero plasma tal cual la realidad actual: Todos debemos de estar conectados con todos. Muchos líderes y gerentes corren el riesgo de asumir esto como verdadero y se enmarcan en acciones que sólo entorpecen la productividad. Ante este hecho, los autores optan porque las personas estén conectados cuando halla de por medio un "beneficio estratégico". Si no nos deshacemos de la idea de que debemos de estar conectados 24/7 sólo porque sí, obstaculizaremos nuestras valores y perderemos el sentido, horizonte y objetivo de la red.

Por otra parte, como tercer Mito, algunos ejecutivos dan fe de que no pueden hacer mucho por las redes sociales. Sin embargo, solo comprendiendo más a fondo el qué, el cómo y el contexto de las redes sociales, podrán asimilar la importancia e influencia que tiene la estructura organizacional en ellas, pues el continuar viendo las redes sociales como algo "ajeno" a la empresa sólo desembocará en la disminución de esfuerzos en pos de éstas.

Según el cuarto Mito, por lo general se sostiene que las personas que encajan dentro de una red social deben tener un tipo de personalidad especifíca (extrovertidos, sociables, comunicativos...). Si bien debemos de resaltar la influencia que tiene la personalidad en las acciones que ejecuta un ser humano, la manera en que las personas encajan o no en las redes sociales se basa mayormente en "conductas intencionales". El separar los prejuicios que se tiene sobre cierto tipo de personalidad, permitirá que los ejecutivos presten atención a lo que verdaderamente importa: las conductas de las personas dentro de las redes.

De igual modo, es imperante reconocer que muchos líderes de redes sociales se han convertido en "cuellos de botella" (Mito 5), queriendo asumir todas las tareas programadas y dejando a un lado las responsabilidades prioritarias que rigen y fundamentan la red. Si deciden provocar un cambio en sus acciones, es aconsejable que dividan equitativamente las funciones y tareas del área, manteniendo así un equilibrio y dinamismo en el espacio. La idea de que la cabeza debe de cargar con todo el peso, es cuestión del pasado. Muchos estudios y la propia experiencia han comprobado que esto sólo ocasiona descontento, desorganización, pérdida de enfoque y un desequilibrio total en la red...

Circunscribiría lo que mencionan los autores sobre el sexto y último Mito: Ya sé lo que ocurre en mi red, con lo expresado por Sócrates: Sólo se que no sé nada. Si mantenemos una actitud de constante búsqueda, información y actualización de status de mis redes, podré conocer qué herramientas podrían ser útiles y cómo puedo yo (como ejecutivo, gerente, encargado) aportar algo para su mejoría, en vez de sostener una actitud de "Yo sé todo lo que pasa", que solo culmina en una ignorancia totalmente "ciega" que imposibilita ampliar el campo de acción.